Querido Humano: estás equivocado.
No viniste aquí a dominar con maestría
el amor incondicional.
De ahí es de donde vienes y ahí es a donde volverás.
Viniste aquí a experimentar el amor personal.
El amor universal. El amor conflictivo.
El amor sudoroso. El amor loco.
El amor roto. El amor total...
Pero, ¿amor incondicional?
Deja de contar esa historia.
El amor, en realidad, no necesita ningún adjetivo.
No requiere de modificadores.
No requiere la condición de perfección.
Sólo pide que te muestres.
Y que lo hagas lo mejor que puedas.
Que permanezcas presente y sientas plenamente.
No viniste aquí a dominar con maestría
el amor incondicional.
De ahí es de donde vienes y ahí es a donde volverás.
Viniste aquí a experimentar el amor personal.
El amor universal. El amor conflictivo.
El amor sudoroso. El amor loco.
El amor roto. El amor total...
Pero, ¿amor incondicional?
Deja de contar esa historia.
El amor, en realidad, no necesita ningún adjetivo.
No requiere de modificadores.
No requiere la condición de perfección.
Sólo pide que te muestres.
Y que lo hagas lo mejor que puedas.
Que permanezcas presente y sientas plenamente.
Que brilles y vueles y rías y llores
y duelas y sanes y caigas y te levantes
y juegues y trabajes
y vivas y mueras como TÚ eres.
Eres suficiente. Ya es suficiente.
Courtney A. Walsh
Courtney A. Walsh
Imagen: Plataneros tuneados by Núria Martorell, fotografía, 2016
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