Para escribir un solo verso
es necesario haber visto
muchas ciudades, hombres y cosas;
hace falta conocer a los animales,
hay que sentir cómo vuelan los pájaros
y saber qué movimiento hacen
las pequeñas flores
al abrirse por la mañana.
Es necesario poder pensar en caminos de
regiones ignotas, en encuentros inesperados,
en despedidas que hacía tiempo se veían llegar;
en días de infancia cuyo misterio
no está aún aclarado;
[...]
Es necesario tener recuerdos de
muchas noches de amor, todas diferentes;
de gritos de parturientas, y de leves, blancas,
durmientes paridas, que se vuelven a cerrar.
Es necesario aún haber estado al lado de los
moribundos, haber velado junto a los muertos.
[...]
Pero tampoco basta con tener recuerdos.
Es necesario saber olvidarlos cuando
son muchos y tener la inmensa paciencia
de esperar
a que vuelvan.
Pues los recuerdos solos no sirven.
Hasta que no se convierten en
nosotros, sangre, mirada, gesto,
cuando ya no tienen nombre y
no se les distingue de nosotros mismos,
hasta entonces no puede suceder que,
en una hora muy rara,
del centro de ellos brote
la primera palabra de un verso.
Rainer María Rilke
Imagen: Paisaje verde by Robert J. Alvárez, fotografía verolites (técnica del propio autor)
· · · · · · de la serie Cuerpos pintados.
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