Estoy aprendiendo a mitigar
mis emociones cuando se me agolpan,
o a sosegar el ánimo cuando zozobra.
Al calibrar mis gestos,
calibro y canalizo mejor los impulsos,
trato de detenerme en la duda y escucharla,
y de paso trato de no juzgarme y de no juzgar
sin antes pensar con claridad.
No sé si es posible estar por encima
del bien y del mal, pero sí creo
en la voluntad de aprender a aceptar
las cosas tal como llegan, buenas o malas.
Elena Vilallonga
Imagen: La cueva de Ali-Baba llena de espejismos by María Dolores Leal, acrílico sobre tabla
No hay comentarios:
Publicar un comentario