El grado supremo de la medicina es el amor.
El amor es lo que guía el arte y fuera de él
nadie puede ser llamado médico.
Hablar y decir buenas palabras es oficio de la boca.
Ayudar y ser útil es oficio del corazón.
El médico procede de Dios, crece en el corazón
y se perfecciona con la luz natural
de la experiencia.
En ningún sitio es el amor más grande
que en el corazón de un médico.
Paracelso
Imagen: Un grito poco escuchado by Manuel Hernández Solano, óleo sobre tela,
· · · · · · 116x89 cm, 2011
AMOR
ResponderEliminarDar es recibir
Aprendemos a recibir cuando sabemos dar. Aprendemos a dar cuando sabemos recibir.
EliminarLas mismas manos nos lo enseñan al ser capaces tanto de abrirse como de cerrarse.
En realidad dar y recibir son dos gestos de una misma acción: relacionarse! Que bueno cuando se hace con amor :))