Debes ir al desierto con un alma simple,
sin preocuparte por tener algo que hacer:
en realidad, no tienes nada qué hacer en el desierto,
a parte de simplificar tu vida y despojarte
de toda preocupación o actividad.
·
El desierto no es difícil, es exigente;
no es complicado y por eso requiere simplicidad.
Proyecta sobre todas las cosas una mirada nueva,
mira con los ojos de la fe: a la naturaleza,
a tus tareas cotidianas, a los acontecimientos,
en una palabra, a toda la trama de tu vida humana...
Eso es vivir el momento presente...
·
Este es el secreto del desierto...
No esperes nada que no sea la plenitud del presente.
René Voillaume
Imagen: Headless Horizon by Carl Warner, fotografía, de la colección Body Landscapes
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