Podemos considerar que, en cuanto al Ser,
el ser humano es perfecto.
La finalidad del proceso de la evolución,
y, por lo tanto, la finalidad de nuestra existencia
en la Tierra, no es adquirir una perfección
que ya existe, sino más bien construir
un instrumento (personalidad, ego)
que sea totalmente dócil y receptivo
a la energía y a la voluntad del alma, de modo
que ésta pueda expresar directa y
concretamente en el mundo su perfección.
Annie Marquier
Imagen: Suspension of disbelief by Duy Huynh, acrílico sobre lienzo, 40x30"
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